213 años gritando a voz en cuello…
Por Rodolfo Montes.
“Así nació nuestro país de un grito, de un golpe de fuerza, de una acción arbitraria…”, dice el maestro José Vasconcelos en la página 260 de su libro Breve Historia de México, de la Compañía Editorial Continental S.A.
“¡Muera la avaricia!”
“¡Viva el amor!”
Son los nuevos gritos a voz en cuello del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Es el penúltimo de sus seis gritos para festejar nuestra Independencia.
Cómo hacer que viva el amor. Cómo lograrlo. El Poder Ejecutivo Federal ha roto lanzas con el Poder Judicial. Tampoco en Palacio Nacional el Poder Legislativo.
Han comenzado a asomar los demonios de la campaña por la Presidencia de la República. En su disputa temprana no hay tregua alguna. Opositores y el partido en el poder están enfrentados con el cuchillo entre dientes.
Desde Estados Unidos pronto se dará un manotazo que cimbrará el tablero de la política mexicana, como si no fuese suficiente con la violencia que campea en varias regiones del territorio mexicano.
Ovidio Guzmán ha sido extraditado a una cárcel del vecino país del norte, ubicada en la Ciudad de Chicago…
De todos es conocido que al hijo de Joaquín Guzmán Loera se le conoce como “El Ratón”. Pero en el bajo mundo, en donde se pelea a sangre y fuego, y en los centros de inteligencia de uno y otro lado del Río Bravo, Ovidio es “El Rey” del fentanilo, la droga más mortífera y fulminante para la humanidad.
Ya se apuesta doble contra sencillo a que el chapito podría convertirse en testigo protegido de la justicia estadounidense y con ello es mejor no moverse de la butaca, como si no hubiese sido suficiente con el capítulo de Genaro García Luna, el poderoso secretario de Seguridad en el calderonato, privado de su libertad en una cárcel de Norteamérica, por sus nexos, precisamente, con el Cártel de Sinaloa, franquicia de la chapiza.
Hasta qué grado de complicidad habrán tejido los chapitos con la actual clase política mexicana. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra…