noviembre 23, 2024

¿Imprudencia o compromiso ideológico?

Por Rafael Cardona

La glorificación del Ejército Rojo (soviético), se debe a las batallas del Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial. El heroísmo del pueblo ruso –dicen–, salvó al mundo del fascismo. Y es parcialmente cierto.

Pero también es real el nacimiento de un oscuro mundo detrás de un telón de acero, como dijo Churchill en los comienzos de la guerra fría. Los rusos se salvaron del fascismo nazi; pero cayeron en los grados del totalitarismo soviético.

El sistema soviético (URSS) se derrumbó, pero los ánimos expansionistas de Rusia siguen vigentes. La apropiación de Crimea así lo demuestra; la creación de dos “repúblicas” Donetsk y Luhansk en terreno ucraniano previa a la invasión de hace año y meses, es otra prueba, como también la ocupación actual de los territorios en el Donbáss, con lejanos orígenes desde 2014.

Ucrania ha perdido el control sureste su frontera limítrofe con los campamentos rusos bajo el disfraz de las ya dichas repúblicas constituidas al vapor como plataformas del despliegue militar moscovita.

En esas condiciones la mayor parte de las naciones del mundo ha exigido la retirada de los rusos de un país soberano, invadido desde febrero del 2022. México ha mantenido una actitud ambivalente, lo cual es simplemente decir, no tiene una política, sino una confusión.

Cuando se cumplió un año de la invasión, las Naciones Unidas emitieron esta resolución, a la cual México se adhirió con un voto positivo:

“(SE).- La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas aprobó una resolución no vinculante (141-7, con 32 abstenciones) que llama a Rusia a terminar la hostilidad en Ucrania y demanda el retiro de sus tropas, enviando un fuerte mensaje en la víspera del aniversario, de que la agresión de Moscú debe terminar.

“Esta resolución fue la de votación más alta entre las cinco anteriores en ese sentido”.

Sin embargo, México no ha dado muestra de creer siquiera en su propio voto, y tras sumarse a la demanda de retiro de las armas invasoras de un país independiente, ha invitado a las fiestas de su independencia, a una delegación de ese ejército cuyos soldados marcharon ufanos en la Plaza de la Constitución el pasado día 16.

Poco antes, hace un año, en un supuesto seguimiento de su política tradicional de no violencia y solución pacífica de las controversias, el gobierno mexicano, había propuesto un plan de paz consistente en esencia, en el cese del fuego y el establecimiento de una tregua, como si los derechos de la defensa fueran los mismos e inexistentes derechos de la ofensiva.

Ucrania lamentó esa propuesta mexicana y la llamó un plan pro ruso. Ahora, tras el paso de ganso de los militares rusos, la embajadora de Ucrania Oksana Dramaretska se quejó por la inclusión de los invasores y la invisible coherencia de la diplomacia mexicana.

La diplomática dijo de los invitados rusos: «Sus botas y manos de criminales de guerra están manchadas de sangre (ucraniana).

Y le preguntó al Ejecutivo:

¿Cómo de coherente es, Sr. @lopezobrador_, su política de neutralidad y su condena de la agresión contra mi país?».

Por su parte AMLO defendió su invitación:

“»Nosotros tenemos relaciones con todos los países del mundo y a todos se invita».

Pues sí, pero no todos han invadido al vecino.

MARCELO

Llama Marcelo Ebrard a sus seguidores a organizarse en todo el país. No perder lo ya logrado. “El camino de México”, se nombra la asociación civil constituida para mantener su capital político, pero sin romper abierta y explícitamente con Morena, cosa tan ambigua como la política exterior, alguna vez bajo su aparente conducción.

Obviamente la actitud de Ebrard se sostiene en una creencia: mientras más tiempo tarden en resolverse las impugnaciones presentadas a Morena, y quizá al TEPJF, menos legitimidad tendrá Claudia Sheinbaum quien incorpora a su campaña, así sea en calidad de franeleros, a los perdedores en el desaseado proceso.

Compartir este artículo: