Cuando los diferentes son iguales
Por Rafael Cardona
No conoce fatiga nuestro señor presidente cuando se trata de proclamar su diferencia, su distinción con los políticos anteriores. Pero es una falsedad. Son demasiadas las similitudes. Y en algunos casos, las exactitudes.
Ya no es como antes, no somos iguales; esto ya cambió, México ya cambio, cuando en verdad quisiera decir ya cambié al país, yo soy el antes y el después; el Alfa y la Omega como se le puede llamar a la IV-T.
Pero en el fondo y tantas veces en la superficie misma, el comportamiento es igual para quien se marea con las alturas del poder y sufre del mal montañés en la azotea del Palacio Nacional, con su antigua estatura de niño y de dedal (RLV).
Dicho de otro modo, el poder los hace iguales. Los enloquece. Y la “hybris”, la soberbia extrema los afecta –como a Luzbel–, de la misma manera.
Veamos este retrato, esta fotografía instantánea, de dos presidentes supuestamente distintos, igualados en el mismo tema y por las mismas causas o sin razones. Porque decir razones es mucha categoría para sus errores y vanidades. Como dos gotas de agua. ¿Sucia o limpia? Decídalo usted.
El 30 de enero de 2010, en Salvárcar, Chihuahua, se cometió una matanza. Quince jóvenes fueron asesinados. Después se sabrían los hechos, pero en el contexto de su guerra contra el narcotráfico, cuando lo único era salvar su menguado prestigio (a pesar de eso terminó el, mandato con más de 50 por ciento de aprobación), e incapaz de comprender nada fuera de su relato, Felipe Calderón los culpó de haber propiciado su propia ejecución.
Fabiola de Lachica Huerta, lo sintetiza así:
“…La masacre consistió en el brutal asesinato de 15 personas, 13 de ellas menores de edad, estudiantes de preparatoria y universidad, quienes festejaban un cumpleaños en un conjunto habitacional al sur de la ciudad. Este hecho transitó rápidamente hacia un acontecimiento debido a una serie de intervenciones inesperadas por parte de distintos sujetos políticos ubicados no sólo a nivel local, sino también federal e incluso internacional.
“A través de esta serie de intervenciones, el acontecimiento fue tomando forma y fluyendo en el tiempo. Es a través de las primeras intervenciones –principalmente declaraciones– que se desencadenó el proceso de configuración de tres figuras de víctimas:
“1) la víctima como responsable de su propia muerte. La narrativa de “en algo andaban y se están matando entre ellos” se materializó en la declaración del presidente Felipe Calderón respecto a la masacre.
La postura presidencial fue esta:
“…No sabemos qué haya ocurrido ahí, si estamos en presencia de simplemente un hecho de rivalidad entre dos grupos de jóvenes, prácticamente adolescentes; si esto refleja una lógica de pandillas y de bandas criminales que de suyo ya es una expresión de descomposición o deterioro social muy preocupante.”
El repudio fue la respuesta.
Muchos años después, hace pocos días, en Guanajuato, cinco jóvenes fueron asesinados cerca del campus universitario de Celaya. La explicación presidencial fue una calca de las palabras de Calderón. Casi, casi, se lo merecían por mal portados, como la niña violada por usar la minifalda.
Los hechos fueron reportados, entre otros, por “El País”, dijo así:
“…En Guanajuato se vuelve a sufrir la violencia silenciosa. El Estado con más homicidios de México se ha visto sacudido este domingo por el asesinato de cinco estudiantes de entre 20 y 30 años. Los cuerpos fueron hallados con signos de violencia y disparos en la cabeza, dentro de un coche ubicado junto a un campus de la Universidad de Guanajuato, al sur de la ciudad de Celaya. Lo que pasó antes no se sabe…”.
Pues no sabía la prensa extranjera, pero nuestro bien informado presidente lo sabía, lo analizaba y hasta lo explicaba:
“…Estos muchachos que asesinaron hace dos días en Guanajuato fue por el consumo, porque le fueron a comprar a alguien que estaba vendiendo droga en un territorio que pertenecía a otra banda. Entonces, evitar eso, evitar eso, y eso sólo con amor, con atención a los jóvenes, con apapacho…”.
“…Que los jóvenes tengan posibilidad de trabajo, tengan posibilidad de estudio (por favor, estos eran estudiantes, así pues el argumento es hueco), que no se sientan solos, que no haya vacíos, que puedan ser felices sin la droga, eso es importantísimo… Se fueron a Querétaro y luego se fueron a Villagrán. Y en algún lugar de estos pasaron —esto es todavía hipotético, todavía no se tiene toda la investigación, se está investigando, pasaron a algún lugar, supuestamente para la adquisición de droga, y ahí los asesinaron. Y hay que ver eso a fondo.
“…Y por eso donde tenemos más problemas de consumo es donde hay más homicidios, están relacionados; a mayor consumo, más homicidio (vaya)”.
Pero la culpabilidad o la corresponsabilidad en sus propias muertes no se les adjudica nada más a los supuestos drogadictos o universitario o fiesteros; no, se les aplica a todos, hasta a los migrantes, como ocurrió cuando encerrados en jaulas del INM en Ciudad Juárez, murieron quemados sin nadie para abrir las rejas:
Ahí también se decretó la culpabilidad de los difuntos:
“…tenemos hasta ahora como informe que perdieron la vida 40 migrantes. Suponemos que se enteraron de que iban a ser deportados, movilizados y como protesta en la puerta del albergue pusieron colchonetas del albergue y les prendieron fuego y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia…”.
Estos son apenas dos ejemplos de la igualdad entre los distintos y la veracidad intrínseca del dicho presidencial: no son iguales, son peores.
OMAR
¿Dónde estará el ridículo mayor?
¿En el nombramiento de Omar Fayad como embajador en Noruega mientras busca dónde queda en el mapa Escandinavia del Mezquital? ¿En su franqueza para reconocer la propia incompetencia para el cargo o en la ratificación de un Senado de pacotilla, para confirmar (con una Corona de lágrimas) a un embajador de juguete?
Pero así han ratificado a todos. Nunca han dejado de ser algo más allá de una oficina de trámite.
MAYALAND
Recibo un mensaje del corresponsal en Quintana Roo:
“…El Poder Judicial de la Federación concedió un amparo a favor del empresario Fernando Eugenio Barbachano Herrero que ordena la restitución de los hoteles Mayaland y The Lodge at Chichén Itzá. No obstante, la Fiscalía de Yucatán, dirigida por Juan Manuel León, ha rechazado acatar la resolución.
“El Juzgado Primero de Distrito con sede en Yucatán, a través del expediente 1573/2023, emitió el amparo que ordena a la Fiscalía levantar el aseguramiento de los inmuebles y entregarlos al propietario, el empresario Fernando Barbachano Herrero.
“Hace 21 meses, los prestigiosos hoteles turísticos Mayaland y The Lodge at Chichén Itzá fueron objeto de un violento allanamiento y ocupación ilegal por parte de INMOBILIARIA R4 SA DE CV en Yucatán, liderada por Rodolfo Rosas Moya y Rodolfo Rosas Cantillo. En 2022, INMOBILIARIA R4 acordó la compra de los hoteles, pero no completó el pago del 100% de la transacción. A pesar de ello, la empresa reclamó derechos de propiedad. Posteriormente realizó el allanamiento, como consta en el expediente GF/000274/2022.
“Durante el allanamiento nocturno, los empleados fueron brutalmente sometidos, y las cámaras de seguridad destruidas. A la fecha INMOBILIARIA R4 sigue sustrayendo los ingresos de ambos hoteles.
Hay quienes ven el posible respaldo del gobierno de Yucatán, de Mauricio Vila, a la omisión y desafío de la Fiscalía para cumplir con las sentencias judiciales”.