noviembre 23, 2024

El parque Líbano y el karamazo

Transcurrieron casi 5 años y se acentuó el deterioro del arbolado bajo la mirada plácida de la directora ecológica, Alicia Pacheco y la indiferencia de la hoy Presidente electa...

Por Rafael Cardona

En los 10 mil millones de pesos destinados por el sexenio en agonía, para hacer del Bosque de Chapultepec -en sus tres secciones naturales y la sección inventada sobre el Campo Militar No. 1-F-, “el centro Cultural más importante del Mundo”, al ‘artista’ Gabriel Orozco, seductor del todavía conductor de la Nación, nomás se le olvidó incluir la rehabilitación de los 57 mil metros cuadrados al norponiente de la 1a. Sección de Chapultepec, (entre la Cabeza de Colosio y la Fuente de Petróleos), el “Jardín de la República de Líbano”.

Vecinas y vecinos del Parque Líbano libraron durante años una feroz batalla con episodios de movilización y bloqueo de Reforma, difusión en prensa y finalmente amparos exitosos, para evitar como ‘mejora ambiental’ una terminal para 45 autobuses rojos de doble piso, arrasando con la mitad de los árboles -700-, parte de la innecesaria Línea 7 del Metrobús de la gestión mancerista, Patricia Mercado, entonces Secretaria de Gobierno y Xóchitl Alcaldesa de Miguel Hidalgo y el inefable Guillermo Calderón, conocieron de la mano el empeño ecocida.

Transcurrieron casi 5 años y se acentuó el deterioro del arbolado bajo la mirada plácida de la directora ecológica, Alicia Pacheco y la indiferencia de la hoy Presidente electa.

En el lapso, faltaba más, unos decoradores de interiores consentidos de una televisora sureña y ‘squaters’ de la única obra de  Félix Candela en Chapultepec (la arcada de la terminal del tren de la IIIa sección), presentaron un proyecto de mini parque temático región 4 (T).

Todo menos la rehabilitación de suelos, reforestación, vigilancia y sobre todo la consideración de seguridad a las casi 30 mil personas que diariamente transitan peatonalmente del Auditorio a los edificios de la parte baja de las Lomas y poniente de Polanco en la mañana, para desandar el sendero por la tarde. Así que, las interioristas chocaron repetidamente con el planteamiento de las vecinas y vecinos, que sólo piden  salvar el parque.

A partir de julio del 2023, el nuevo Jefe de Gobierno atendió a los “Amigos del Jardín República de Líbano”; al alimón esta ciudadanía buscó encontrar un consenso para intervenir urgentemente el arbolado agónico, ante la imposición de la Directora del Bosque y el Fideicomiso del proyecto de eco-tianguis de las interioristas.

En diciembre, finalmente, SeDeMa, fideicomiso y Amigos del Parque, acordaron iniciar la etapa de derribo de árboles muertos (153), destoconado y astillado. Mientras ello sucedía se iniciaron acciones para coordinar el saneamiento de los árboles plagados, la inminente reforestación y una solución vial sorprendente. Coser y cantar…

Pero al final, NO.

Pese al nombre de este parque (reportan las ciudadanas en lucha desde 2016), entre los diversos benefactores no había ningún mexicano libanés; hasta hace unas semanas cuando uno de los operadores inmobiliarios acercó a las Amigas del ya dicho jardín con la embajada cuya  sede está frente al Obelisco a Bolívar.

La colaboración fluyó, con la solicitud de las vecinas de difundir el trabajo en curso, actitud bendecida por los diplomáticos y canalizada a un notable del club… Personaje de estirpe calderonista y sorprendentemente, con una actividad curricular que lo persigue: bebés fallecidos en la Guardería ABC, sin culpable alguno.

Karamba, el caballero se desdijo del compromiso de difusión, se saltó a las vecinas/vecinos, acusándolos con “las autoridades” y evadiendo el bulto como banderillero de poca monta, en la mendacidad de su estirpe política, adujo su prudencia para no “presionar al Gobierno” y hasta lo delicado de promover en estos tiempos de rijosidad extrema en Medio Oriente, un homenaje pétreo, inoportuno para otros habitantes cercanos al Parque Líbano.

Las amigas y amigos de Parque Líbano ya resolvieron como mantener la difusión de la importante intervención masiva de Gobierno y ciudadanía, para sanar y reforestar este importante rincón de Chapultepec, en tiempo récord; si acaso, de vez en cuando tarareando aquella canción de Johnny Laboriel:

 “Había una vez un chico Danieliiito, era infeliz…” (Colaboró VJG).

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