Los actos fallidos y el subconsciente
Rafael Cardona
No es la primera vez y seguramente habrá otras.
El apresuramiento oratorio a veces le pone trampas a quien habla de manera irreflexiva, a quien se deja ir con el impulso de la plazuela, la inflamada perorata con ritmo de matraca y aplauso acarreado; del siempre favorable mitin callejero, de la auto persuasión de las palabras del repertorio heredado y mal repetido. Es algo normal, aunque poco lucidor.
Y en esta ocasión la señora Claudia Sheinbaum, inflamada de entusiasmo y en plena carrera en la cuesta debajo del discurso facilón y repertorio, se enreda con la construcción oral de su fallida sintaxis y dice:
“Nosotros no vamos a llegar a la Presidencia como lo hizo el presidente Andrés Manuel, por una ambición personal. Nosotros llegamos a hacer justicia, nosotros llegamos a que haya bienestar para el pueblo de México”.
Obviamente la frase estaba pensada de una manera, pero la dijo de otra. Cuando corrigió se le notaba el enfado no sólo por su tropiezo, sino porque la obligaron a corregir, a dar explicaciones. No por interés de su domado auditorio, sino para evitar una reprimenda del patrono político.
Con el ejemplo de Rubén Aguilar a la mano, resulta obvio cuál era su intención: Nosotros tampoco vamos a llegar, como nos enseñó Andrés Manuel, etc, etc, a la presidencia por motivos personales, no somos ambiciosos, vulgares, etc, etc.
Pero se le enredó la retahíla, se le hizo bolas el engrudo y terminó como ya queda arriba asentado.
Luego explicó –a regañadientes–, la metida de pata:
“…Por si hay alguna confusión, por supuesto que dije que no llegamos por ambición personal, sino (que) llegamos a transformar a nuestra patria. Si hay alguna cosa que se haya entendido de manera distinta, por supuesto que no es el caso”, explicó la aspirante presidencial de ‘Sigamos Haciendo Historia’.
“Y remató con la siguiente frase:
“El presidente López Obrador llegó a transformar nuestra patria y nosotros vamos a llegar a transformar también nuestra nación”.
En esta explicación se advierten algunos rasgos fundamentales del temperamento y el talante (no el talento), de la señora Sheinbaum y su facilidad para el enojo.
Uno, su incapacidad de corregir hasta cuando corrige. No es lo mismo decir, me expresé mal, apresuradamente y mis palabras iban en este sentido, etc, etc, a decir, “por si hay alguna confusión”.
¿Y de quien sería la confusión? Pues de quien la escuchó. No de ella. Ella ni se equivoca ni se confunde. Error de los demás.
“Por supuesto que dije que no llegamos por ambición personal, recalcó. Y eso tampoco es absolutamente cierto. Quien dijo eso (y con él se quiere comparar), fue el porfiado candidato cuya historia personal fue la terca búsqueda de un triunfo electoral durante tantísimos años, en un arco magnífico entre el denme por muerto hasta la tercera es la vencida o les suelto al tigre.
“Pero no soy un ambicioso vulgar”. Lo de vulgar, quien sabe; lo de ambicioso, hasta ofende.
Los actos fallidos, parapraxis o lapsus verbales, consisten en decir –por presiones o circunstancias del subconsciente– aquellas cuya verdad no se querría reconocer o asumir abiertamente.
Son como aquella otra parrafada equívoca y jocosa de doña Claudia, cuando al referirse a la disyuntiva entre su candidatura y su partido político se refería a su transformación y preguntaba si querían seguir con la corrup… ¡perdón!, con la transformación.
Son errores menores, es verdad, pero en el fondo todo tiene un significado. Hasta las cosas en apariencia más insignificantes.
A lo mejor son los efectos de “la calor”, el cambio climático global o la fatiga del combate. Quién sabe.
COAHUILA
No se trata de acercar Coahuila a Hollywood, pero hace unos días, con motivo de la conmemoración del Bicentenario de la fundación del estado Coahuila y Texas, estuvo presente (otra) Shirley Temple, la actual directora de Comercio Internacional de Texas y representante del gobernador Greg Abbott.
Como todos sabemos la hermosa actriz infantil de años pasados, con ese mismo nombre fue directora de Protocolo en la Casa Blanca. Murió hace tiempo.
El gobernador Manolo Jiménez encabezó la conmemoración del bicentenatrio coahuilense y prometió una nueva etapa en las relaciones con el estado de la estrella solitaria. Las actividades artísticas, culturales y económicas, se extenderán hasta el 16 de septiembre, en coordinación con los tres poderes, los 38 municipios, las universidades, la sociedad civil, así como el Gobierno del Estado de Texas.