Mensaje institucional de María Amparo Casar ante los ataques de López Obrador a ella y MCCI
Por: María Amparo Casar
Quiero hablar de frente a la sociedad mexicana y decirles que EJERCER UN DERECHO NUNCA PUEDE SER CORRUPCIÓN.
El presidente López Obrador ha tomado una tragedia familiar ocurrida hace 20 años para mentir, lastimar y lucrar políticamente con ella.
Hasta en la guerra -esa que él ha establecido contra sus críticos- hay códigos.
No soy una corrupta como él afirma y por eso no voy a guardar silencio.
Aclaro que, contrario a lo que afirman el director de PEMEX y el propio presidente, no cometí el acto de corrupción del que me acusaron a raíz de la trágica muerte de mi esposo y padre de mis hijos hace casi 20 años.
La acusación en mi contra se basa en un dicho que el presidente expone en su libro y que ha repetido una y otra vez en su conferencia matutina en los últimos días: la señora Casar -y cito textualmente- “se entrevistó con el procurador Bernardo Bátiz para pedirle que cambiara el acta, modificando lo de suicidio por accidente porque de esa manera podía cobrar el seguro y recibir de Pemex una pensión vitalicia y ayuda para la educación de sus hijos hasta que cumplieran 25 años”.
No fue el caso. El propio Mtro. Bátiz ha declarado que no me conoce personalmente y que no recuerda nunca haberse reunido conmigo.
Si tal cosa hubiese ocurrido -como escribe el presidente- tanto el entonces Jefe de Gobierno del DF como su procurador debieron haberme denunciado o, al menos, haberse negado a cometer tal ilegalidad.
Despejada la mentira, ahora ya no me acusan de haber pedido la alteración de un documento oficial sino de cobrar la pensión de viudez.
En efecto, la he cobrado desde hace 19 años y repito EJERCER UN DERECHO NO ES CORRUPCIÓN.
No hay ningún ordenamiento que establezca limitación alguna a las pensiones de viudez por la causa de fallecimiento.
Lo que sí es una violación a la legalidad es acusar a una ciudadana en la mañanera en lugar de hacerlo por las vías institucionales y, posteriormente, publicar en el sitio oficial del Gobierno de México documentos con información personal mía y de mis hijos que ni siquiera tienen que ver con sus acusaciones. Ello es una violación flagrante a la Ley de Datos Personales y al derecho a la privacidad.
Falso que con la acusación que se hace en contra mía se intenta combatir la corrupción.
El presidente prefirió la hoguera mediática sin pruebas que los cauces legales.
Repito, con un caso particularmente doloroso, trataron de desprestigiarnos y amedrentarnos a mí, a mi familia y a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. ¿Por qué?
Porque hemos denunciado con evidencia en la mano cientos de actos de corrupción sin importar quién los haya cometido. Eso nos ha hecho incómodos al gobierno anterior y a éste también.
La conducta del presidente revela algo mucho muy grave. Algo que debería preocuparnos a todas las mexicanas y mexicanos. El abuso de poder y la persecución política contra quienes nos atrevemos a vigilar las acciones de los gobiernos y a ejercer la libertad de expresión. Esa que ha tratado de inhibir durante todo el sexenio.
Ojalá y el presidente en lugar de dedicar su tiempo a mi persona, se lo dedicara a las 186 mil víctimas de homicidio, a los 44 periodistas asesinados, a los miles de desaparecidos, a los feminicidios, a los cientos de activistas que han pagado con su vida por haber alzado la voz y a los 297 mil muertos en exceso durante la pandemia.
Quiero ser muy clara con este mensaje a la ciudadanía, pero también con el propio presidente: ni yo, ni Mexicanos Contra la Corrupción y la impunidad daremos un paso atrás ante sus ataques y sus mentiras.
Por último, agradezco las muestras de apoyo y solidaridad recibidas y hago un llamado a todos los mexicanos y mexicanas que están cansados y hartos de la corrupción.
Sí hay de otra. Sí podemos ser un país sin corrupción. Sí podemos ser un país sin impunidad. Esto no depende de una persona o de un partido. Depende de todas y todos.
No daremos ni un paso atrás. Sabemos que México lo necesita.